Publicado en Cosmotales .
Léelo completo en su sitio: https://cosmotales.co/2018/06/02/vida-estratosferica/
Si no fuera por la fuerza de atracción del planeta que nos obliga a permanecer sobre el suelo, llegar al espacio sería una travesía relativamente sencilla, algo que nos tomaría alrededor de una hora en nuestro vehículo particular viajando en línea recta alejándonos de la superficie.
A pesar de los obstáculos, nos elevamos grandes distancias en aviones que parecen desafiar la gravedad, pero que en realidad funcionan con principios físicos que entendemos y usamos. Un vuelo comercial nos lleva a 10 kilómetros de altura, un lugar donde las condiciones son naturalmente extremas para la supervivencia de los seres humanos. Afortunadamente las condiciones controladas dentro de la aeronave nos permiten disfrutar de un viaje apacible.
A partir de los 10 kilómetros comienza la estratósfera, una de las capas de la atmósfera terrestre donde la temperatura desciende a 50 ºC bajo cero, unas cuatro veces más baja que la del congelador de nuestra nevera. Esto sumado a las corrientes de aire que alcanzan los 150 kilómetros por hora, la baja densidad de la atmósfera, y el ambiente seco, hacen de la estratosfera un lugar poco hospitalario, prácticamente imposible para la subsistencia de cualquier ser vivo.
No obstante varios esfuerzos se hacen para estudiar la posible vida oculta a varios kilómetros sobre nuestras cabezas. Mediante globos meteorológicos a gran altitud, investigadores escudriñan y toman muestras para determinar que formas de vida se encuentran en la atmósfera y de donde pudieron haber surgido.
Algunos de los análisis reportan la presencia de esporas bacterianas, organismos muy resistentes que son capaces de sobrevivir a temperaturas extremadamente bajas y a la alta dosis de radiación a la que están expuestos. Aún no se ha encontrado el mecanismo responsable de transferir estos microorganismos a distancias tan grandes desde la Tierra hasta la estratosfera, y varios proyectos tienen como objetivo responder a este interrogante.
La conclusión por el momento es que aun sigue siendo muy difícil determinar hasta donde llega la biosfera, es decir donde poner el límite de la región en la Tierra donde existe ecosistemas con seres vivos.
Lo que si claro es que el estudio de las condiciones de vida en ambientes extremos en nuestro planeta permite aprender sobre las posibilidades de habitabilidad en otros rincones del sistema solar.