Publicado en el blog de Martín Monteiro .
Léelo completo en su sitio: http://fisicamartin.blogspot.com/2019/05/120-anos-del-dr-rodolfo-talice.html
Siendo poco más que un niño tuve la ocasión y el honor de conocer al Dr. Rodolfo Tálice. Asistía al Liceo 18, en el Prado, y en alguna materia, que ya no recuerdo cual (tal vez Idioma Español), nos dieron la tarea de realizar una entrevista a alguna personalidad pública. Todo un desafío. A mis tres compañeros de grupo les dije enseguida, Rodolfo Tálice. Y es que a mí ya me tiraba la ciencia desde chico y Tálice era el único que yo conocía en ese momento, fundamentalmente porque era muy popular gracias al espacio que tenía en CX8 Radio Sarandí, dentro del matutino «En Vivo y en Directo», tal vez el periodístico más escuchado de la década del 80.
Fue así que de atrevido busqué el teléfono como pude y lo llamé. No fue fácil, pero se logró, no eran épocas de internet, redes sociales y selfies. Apenas eran épocas de teléfonos de disco y algún autógrafo. Una vez que le expliqué de qué se trataba, con muy buen humor aceptó recibirnos en su apartamento del barrio Pocitos, donde apenas al ingresar uno se encontraba con un puzzle gigante a medio armar. Allá estuvimos una tarde, conversando un rato para cumplir con nuestra tarea, hablando sobre su pasión por los bichos y las plantas, la salud, las relaciones humanas, sus interminables anécdotas de estudiante y de sus experiencias por el mundo, de una larga vida que ya para aquel momento pasaba los 85 años. Nos quedó resonando la importancia que le daba a la etología, la ciencia del comportamiento animal, y decía que la ecología estaba incompleta sin la etología, por eso siempre hablaba de eto-ecología. Después de aquel primer encuentro volví un par de veces más a visitar al científico. En una de esas ocasiones, a cambio reparar un electrodoméstico, me regaló un libro de anécdotas de la década del 60, tan ameno como todos sus relatos hablados: «Cuentos, Confidencias, Confesiones». Hoy lo conservo como recuerdo del día que conocí por primera vez a un científico y sobre todo al primer divulgador y comunicador científico de nuestro país.
Rodolfo Tálice nació en Montevideo el 2 de mayo de 1899 y falleció con 100 años y un mes, el 2 de junio de 1999.
Fue pionero en divulgación científica en nuestro medio, con más de una veintena de libros publicados y una extensa actividad radial. En 1950 creó el ICUR, el Instituto de Cine Científico de la Universidad de la República, el cual constituyó el primer laboratorio de producción de cine científico a nivel continental.
Investigó sobre Eto-Ecología y la fauna del Uruguay. Publicó el primer caso de la enfermedad de Chagas en Uruguay. Fue decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República en dos períodos consecutivos, de 1959 a 1963 y entre 1963 y 1968. En esa misma Facultad ocupó la cátedra de Biología General y Experimental. Fue presidente de la Asociación Uruguaya para el Progreso de la Ciencia, de la Academia de Medicina y de la Academia Nacional de Letras. En 1990 el Ministerio de Educación y Cultura le otorgó el Premio a la Labor Intelectual 1990.
A 204 kilómetros de Montevideo se encuentra la Reserva de Flora y Fauna, que lleva su nombre en homenaje.
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