Publicado en Cosmotales .
Léelo completo en su sitio: https://cosmotales.co/2018/11/28/la-tierra-gira-y-gira/
Si por alguna extraña razón hubiéramos existido en los primeros instantes cuando surgió la vida en nuestro planeta, los días no nos alcanzarían para mucho. Se estima que los períodos de luz (día) y oscuridad (noche) habrían sido de tan solo 6 horas, una cuarta parte de lo que actualmente disfrutamos. Parece una nimiedad, pero esto cambiaría de forma radical nuestros ritmos de vida, sociales, laborales y culturales, por tanto el movimiento de rotación de nuestro planeta tiene implicaciones directas sobre nosotros.
Lo que que ahora sabemos es que justamente el movimiento es una de las acciones más generalizadas a lo largo y ancho del universo. Cómo decía Walt Whitman, uno de los grandes poetas de la historia y el de mayor transcendencia que ha dado Estados Unidos, “en el universo todo gira”, y ese movimiento se va transformando para llegar a los diferentes objetos que se crean a través de diversos procesos evolutivos.
Sin ir muy lejos, en el caso de nuestro vecindario el sistema solar con el Sol, los planetas y los millones de cuerpos de menor tamaño que lo componen, tenemos un fiel reflejo de esa situación
desde su origen hace 4600 millones de años. Comenzando como una gigantesca nube molecular, con gas y polvo que giraba, se desata un colapso gravitacional en donde esta se contrae debido a la acción de la gravedad, como un castillo de naipes que se viene abajo bajo su propio peso.
A medida que toda de la masa se comprime, su velocidad de giro se va incrementando, al igual que un patinadora dando vueltas acerca sus brazos al cuerpo para girar con mayor rapidez. La física llama a esto el principio de conservación de la cantidad de movimiento (momento) angular.
El proceso da lugar a un disco, una especie de pizza gigante hecha a partir de una bola de masa. El disco, después de algunos pocos millones de años, forma en su centro una estrella, y alrededor planetas que se distribuyen en órbitas. Cada planeta es el resultado de la unión, nuevamente por la acción de la gravedad, de pequeños escombros que poco a poco van formando planetesimales cada vez más grandes, mientras todo esto va girando alrededor de plano del disco.
En definitiva los cuerpos que forman el recién nacido sistema planetario mantienen un movimiento de giro (rotación), que ha sido impartido como parte de la conservación del momento angular y que coincide también con su dirección de traslación alrededor de la estrella central.
La pregunta surge cuando encontramos planetas que giran al revés de lo esperado, como es el caso de Venus, situaciones como el aumento de velocidad de rotación de la Tierra o el simple hecho de que el eje de rotación terrestre este inclinado unos 23 grados respecto a la dirección “vertical”. Urano por su parte, gira acostado. La explicación para estas variaciones estaría asociada a impactos de cuerpos sobre el planeta que pueden afectar la dirección de su eje y la velocidad de rotación.
¿Qué ha hecho entonces que la duración de los días en la Tierra haya cambiado? La llamada teoría del gran impacto tiene una respuesta basada en la devastadora colisión contra el planeta de un cuerpo del tamaño de Marte, que desprendió miles de toneladas de material al espacio. El choque hizo girar a la Tierra a una velocidad más rápida y los escombros desprendidos comenzarían a unirse hasta formar la Luna unos siglos después. El día en el primer período de vida de la Tierra solo duraba 6 horas.
Pero la Luna se formo más cerca de la Tierra de lo que esta hoy, por lo cual las fuerzas de marea eran más intensas, llevando a que la fricción entre los océanos y el planeta causara una disminución en la velocidad de la Tierra y permitiendo que la Luna se aleje un poco más. Hoy esta 18 veces más lejos que cuando se formó, y sigue alejándose a razón de 4 centímetros por año. Por otra parte dentro de 100 años un día en la Tierra tendrá 2 milisegundos más que el día de hoy.